
“Románticos anónimos”
La nueva serie japonesa-surcoreana Románticos anónimos se estrena en Netflix como una propuesta que mezcla ternura, timidez, gastronomía y emotividad contenida. Disponible desde el 16 de octubre de 2025, esta ficción propone un enfoque distinto al habitual del romance televisivo: los protagonistas no solo deben enfrentarse a terceros y al destino, sino a sus propios miedos sociales.
La historia se centra en Hana Lee, una chocolatera extraordinaria en su oficio pero marcada por una incapacidad para mantener contacto visual con otros. A su vez está Sosuke Fujiwara, heredero de un imperio de confitería que sufre de una forma de ansiedad que le impide tocar a otras personas. El encuentro entre ambos, en el marco de la pequeña tienda Le Sauveur y sus recetas de chocolate, inicia un vínculo inesperado donde las barreras convencionales del amor se revierten: entre ellos no parecen existir.

Lo que hace especial a Románticos anónimos no es tanto su premisa —una chocolatera + un heredero con problemas emocionales—, sino la forma en que aborda los silencios, los acercamientos vacilantes y esa frontera entre deseo y bloqueo emocional. En lugar de gestos grandilocuentes, la serie apuesta por lo íntimo: miradas que se esquivan, pasos torpes hacia el otro, recetas que funcionan como metáforas de vínculos. Según medios, cada escena huele —literalmente— a cacao derretido.
El reparto refuerza esa apuesta por la sutileza: Shun Oguri interpreta a Sosuke y Han Hyo‑joo da vida a Hana; juntas, sus actuaciones prometen construir una química diferente, menos explosiva y más enmarañada en las inseguridades humanas.
Desde el punto de vista estético, la serie juega con una atmósfera cálida, luz suave, detalles de repostería y ambientes que remiten al mundo del chocolate de lujo. Esa ambientación ayuda a entender que el sabor, la textura y el aroma no son solo decorativos, sino parte del relato emocional: la confitería se vuelve escenario de confesiones sin palabras, de evolución personal y de catarsis silenciosa.

Para los seguidores del género romántico que buscan algo distinto —menos fuegos artificiales y más intimidad emocional— Románticos anónimos puede convertirse en un hallazgo. La plataforma ofrece la serie en múltiples idiomas y con subtítulos, lo que facilita su acceso a público internacional.
En definitiva, Románticos anónimos plantea que amar no siempre es cuestión de atreverse a besar o confesar, sino muchas veces de vencer el miedo a mirarse, a tocarse, a sentirse vulnerables. Y lo hace entre trufas, bombones, recetas y trozos de chocolate derritiéndose lentamente.
Si te interesa que te envíe un análisis más profundo (personajes, estética, significado cultural) o sugerencias de series similares, puedo prepararlo.
Por: Loli Belotti