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“Mi año en Oxford”: amor, decisiones y un destino inevitable

La esperada adaptación de la novela My Oxford Year llegó a Netflix el 1 de agosto con el título Mi año en Oxford. Se trata de un drama romántico protagonizado por Sofía Carson (conocida por Purple Hearts) y Corey Mylchreest (el joven rey de Queen Charlotte), que intenta conmover al público con una historia donde los sueños académicos chocan con las emociones más profundas.

Dirigida por Iain Morris, la película sigue a Anna De La Vega, una brillante estudiante estadounidense que recibe una beca para estudiar en la Universidad de Oxford. Todo en su vida está planificado al milímetro: estudiar, regresar a casa y hacer carrera política. Pero todo cambia cuando conoce a Jamie Davenport, un encantador profesor asistente de literatura con una particular visión del mundo… y un secreto que puede desmoronar todo lo construido.

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Rodada en locaciones reales de Oxford —como Magdalen College y St Hugh’s— la película se apoya fuertemente en la estética académica y en el atractivo visual de sus escenarios. Pero más allá del encanto de las bibliotecas y los callejones empedrados, lo que impulsa la trama es una pregunta universal: ¿Qué pasa cuando el amor se interpone en nuestros planes?

A lo largo del film, Anna se enfrenta a una elección que no figura en su agenda: seguir con su hoja de ruta profesional o dejarse llevar por el presente y las emociones. La revelación del diagnóstico terminal de Jamie convierte el relato en algo más profundo de lo esperado. Lejos de ser una comedia romántica clásica, la historia vira hacia un drama que pone en juego temas como el dolor, la pérdida, el tiempo y la autenticidad de nuestras decisiones.

Las reacciones no tardaron en llegar. En redes sociales, muchxs espectadores advirtieron que no era la película ligera que creían ver: “me arruinó”, “lloré sin parar” y “no estaba preparada para esto”, fueron algunos de los comentarios más repetidos. Sin embargo, la crítica especializada se mostró dividida: mientras que la actuación de Corey Mylchreest fue celebrada, la de Sofía Carson fue criticada por falta de expresividad y emoción en momentos clave.

En cuanto al desarrollo narrativo, si bien la historia promete mucho en su planteo inicial, hacia el final cae en ciertos clichés y en resoluciones algo forzadas. Aun así, hay quienes destacan la honestidad emocional de la propuesta y la manera en que la película interpela sobre las decisiones vitales que definen quiénes somos.

Mi año en Oxford es una película ideal para quienes buscan historias románticas con un trasfondo más profundo y trágico. No es comedia ni entretenimiento liviano. Es una invitación a detenerse, mirar lo que uno siente y preguntarse si realmente estamos viviendo la vida que queremos… o simplemente la que planificamos.

Disponible en Netflix.

Por: María Lorena Belotti

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